La Santa Alianza reaccionaria se pone en movimiento

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Nicolás Miranda

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La Santa Alianza reaccionaria se pone en movimiento
Tras un 1° de mayo donde la movilización obrera fue limitada sin expresarse en el acto lo nuevo que viene emergiendo pero sí la continuidad de esfuerzos por la emergencia de una izquierda sindical clasista y combativa, y un 8 de mayo con una movilización estudiantil que muestra su disposición a la lucha con más de 100.000 solo en Santiago pero en los preliminares de sus luchas más que en la lucha abierta misma, se va poniendo en movimiento una Santa Alianza reaccionaria.
A esa cita no faltó nadie: la derecha, la Iglesia, el imperialismo, los empresarios. Aunque aún en forma defensiva, lo nuevo es que parecen querer organizar su propia vereda en la calle agitada por la lucha de clases.

Hay que impedir su reaccionaria articulación. ¿Pero podrá ser de la mano del Gobierno y sus reformas?, ¿y qué rumbo definitivo tomarán estas reformas, a la medida de esta Santa Alianza reaccionaria, o a la medida de las exigencias de los estudiantes y trabajadores?

Una Santa Alianza reaccionaria contra el pueblo trabajador, y sus intentos de mover la calle

Están todos: la Iglesia, los empresarios, el imperialismo, y la derecha.
La Iglesia condenó como si estuvieran todavía en la Edad Media todo lo que podía condenar: la discusión sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, la discusión sobre la legalización del aborto terapéutico, y por supuesto, la reforma educacional. ¿Inspiración divina? Más bien, bien monetarios intereses empresariales: es la institución que, después de las Municipalidades, más escuelas tiene y más subsidios estatales recibe: 685 establecimientos que reciben subvención estatal están vinculados directamente a la Iglesia Católica, repartidos en 370 sostenedores diferentes, con una matrícula de 452 mil 306 alumnos (13%), y traducibles $36 mil millones en subsidios en un mes (13% del total de transferencias del Estado que son de $289 mil 602 millones incluyendo los municipales.

Los empresarios, siguen divididos en qué camino seguir. Entre el diálogo con figuras cercanas a la Nueva Mayoría como Rafael Guilisasti, “denuncias” como la de Santa Cruz presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) diciendo que ni lo dejaron hablar en la Comisión de Hacienda de Diputados, gestiones secretas con parlamentarios de distintos empresarios, etc. Pero más allá de esto, el ánimo lo expresa sin tapujos César Barros, presidente de La Polar: “El lenguaje que se está usando tiene olor a UP… no hay que lamentarse si después salen reformulaciones de Patria y Libertad”. ¿Es también una advertencia?

El imperialismo, interviene de nuevo, aunque por ahora moderadamente. A través de medios de comunicación –The Wall Street Journal, Financial Times, Economist, etc- advierten y amenazan. The Wall Street Journal afirmó sobre un “regreso a la polarización política de comienzos de los años 70″. El Embajador como si fuera el enviado para Asuntos de las Colonias, declaró que el gobierno tiene que consultar a “todas las partes interesadas”. Por supuesto Estados Unidos, primer país con inversiones extranjeras en Chile, es una “parte interesada”, entre sus empresas se cuentan: la actualmente investigada por sus negocios en la educación incluyendo la ilegalidad del lucro Laureate, AES, Freeport-McMoran, Principal Financial y Met Life.
La derecha, con el concurso de sus medios de comunicación, lanza una fuerte campaña contra todas las reformas, oponiéndose directamente o planteando proyectos alternativos para dejarlas morir de viejas. No es neutral, ya el apoyo en las encuestas a la reforma tributaria comienza a bajar.
No solo eso. Lo nuevo, es la apelación a la calle. Una asociación empresarial, ASECH, organizó 250.000 PYMES que comenzaron por mandar una carta a Bachelet con sus críticas a la reforma tributaria. La UDI imprime volantes para repartir con una abierta campaña del terror.

El ambiente se polariza.
Y las encuestas lo reflejan.

Aumenta la desaprobación del Gobierno en las encuestas, y el riesgo de perder la iniciativa

La última encuesta Adimark, mostró que el apoyo a Bachelet se mantiene, en un 53%. Pero que aumenta su desaprobación: subió 12%, de 20% a 32%.
Según el reaccionario presidente de la UDI Patricio Melero, se debe a que “La ciudadanía quiere cambios, no revoluciones”.
¿Será así?
El Gobierno, que había logrado recuperar la iniciativa, puede perderla. Leyendo lo mismo que Melero, busca quedar bien con moros y cristianos, con unos y otros. A Eyzaguirre, ya comenzó a pasarle la cuenta. Sin dejar contentos ni a unos ni a otros, podría dar paso al fracaso de su intento de aglutinar los distintos y opuestos intereses en torno suyo, tendiendo a polarizar la situación política. Aún no seda. Pero el paso de las declaraciones (retroexcavadora, sepultar la educación de mercado, etc.) a las acciones con los proyectos de leyes, actuará como un acelerador de la experiencia de estudiantes y trabajadores, que hasta ahora se mantienen expectantes. Al contrario, lo que no se quiere son esos cambios moderados que nada cambian.

Mayo en las calles: ya no queremos participar, queremos decidir

El 1° de mayo, fue el día de la movilización de los trabajadores. En el acto central de la CUT la movilización fue limitada. No es para menos: la dirigencia oficial, con la PC Bárbara Figueroa a la cabeza, actúa de vocera del Gobierno, defendiendo la reforma tributaria como si fuera propia. Y desarmando a los trabajadores: en vez de llamar a su actuar como clase, plantea que los trabajadores son la clase media. Pero a su vera, continua la pugna por la emergencia de una izquierda sindical clasista y combativa, que tuvo su expresión en el acto del bloque sindical clasista y combativo convocado por la Coordinadora no más ataques anti-sindicales, la Confederación Bancaria, los compañeros de Alternativa Obrera y muchos otros sindicatos.
El 8 de mayo, los estudiantes volvieron a las calles. Fueron 100.000 en Santiago, y muchos miles en las distintas Regiones. Se trató de las preliminares de las próximas luchas, no aún de la lucha misma. Aunque no tanto como la dirección de la CUT, la dirigencia oficial de la CONFECH se limita a afirmar la “ambigüedad” de Eyzaguirre, sin preparar al movimiento estudiantil para una lucha tal como lo está haciendo la Santa Alianza reaccionaria. Se limitan a pedir participación. Ya no queremos participar. Queremos decidir.

Prepararse para enfrentar la Santa Alianza reaccionaria, sin confiar en las trampas del Gobierno
Poner en pie un partido revolucionario de la clase trabajadora para la lucha de clases

Hay que prepararse para enfrentar la Santa Alianza reaccionaria que se puso en movimiento, y hará todo en defensa de sus privilegios.
Pero no será de la mano de un Gobierno que introduciendo “matices” como quiere la DC, que busca amortiguar toda lucha como dijo el presidente del PC Guillermo Teillier (“no buscamos contraponer una clase contra otra”), que podremos enfrentarla. Es necesario recuperar la agenda que el gobierno quiere imponer usurpando nuestras demandas. De no hacerlo, avanzará el gobierno imponiendo la suya, según sus términos. O peor aún, lo hará esta Santa Alianza reaccionaria.

Para avanzar en reformas que favorezcan las demandas de pueblo trabajador, es necesario luchar por poner en pie un partido revolucionario de la clase trabajadora, que se prepare para un período de mayor inestabilidad política y mayor lucha de clases.
Hay que prepararse para las próximas batallas.

Sólo con los métodos de la lucha de clases podremos arrancar nuestras demandas.
Al ponerse en discusión los proyectos de las reformas, habrá que organizarse para luchar por quitar todo maquillaje, no encandilarse con la arena de la disputa parlamentaria.
La principal tarea, en cada paro, huelga y movilización, será unificar las filas de los trabajadores bajo las banderas de una política de la clase trabajadora independiente de toda variante patronal, con los métodos de la lucha de clases, y basado en la democracia directa de los trabajadores. Y avanzar a la alianza obrero-estudiantil.
Para esto, hay que poner en pie un partido revolucionario de la clase trabajadora para la lucha de clases, como el que lucha por construir nuestra joven liga el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR).

Y prepararse para luchar -removiendo todos los obstáculos como el PC, sus direcciones burocráticas y los antineoliberales que sólo echan polvo sobre sus ojos-, para que la clase trabajadora, capaz de paralizar y poner en jaque a la clase patronal, una detrás de sus fuerzas, a todas las fuerzas de los estudiantes, pobladores y mapuche. Y abra el camino de una salida de los trabajadores a las contradicciones del conjunto del régimen terminando con toda la herencia de la dictadura que sigue en pie; una salida independiente de toda variante patronal, y que una detrás de sus fuerzas, las del movimiento estudiantil, el pueblo- nación mapuche, los pobladores, y todos los explotados y oprimidos.

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