Toma de Puerto Natales y Poder Popular Local

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¿Pueden alcanzarse las demandas del pueblo trabajador hoy en Aysén, de la mano de empresarios y sus políticos de la Concertación y la derecha? Es imposible. Aquí, un ejemplo de cómo luchó la clase trabajadora en Magallanes a inicios del s. XX

Luis Vitales.

Los sucesos de Puerto Natales merecen especial consideración porque los trabajadores, por primera vez en el siglo XX, fueron capaces de tomar el poder local durante varios días. La lucha se inició en enero de 1919 con una huelga de obreros del Frigorífico de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego. Según Vicuña Fuentes, “pronto hubo diez mil obreros en huelga, que se enfrentaron a la policía a raíz del homicidio del sub-delegado de la Federación. Los administradores abandonaron el establecimiento y cerraron la pulpería. Los obreros se vieron amenazados por el hambre. Espontáneamente se sublevaron y cometieron algunos desmanes. Del vecino puerto de Bories les llegaron algunos refuerzos. La policía y los carabineros recibieron a tiros a los que venían de Bories. El día antes, en otra descarga, numerosos obreros habían sido heridos. Esta vez los obreros contestaron el fuego y como su superioridad numérica era aplastante, pues toda la población es allí proletaria, carabineros y policías huyeron despavoridos a refugiarse a sus cuarteles. Los obreros los sitiaron en ellos y lograron tomarse el de la policía. El de carabineros, al mando del cabo Fritz, resistió denodadamente, reducido a la impotencia, pero sin entregar las armas. Los obreros quedaron dueños de la población. Como tenían numerosas bajas y serios problemas por delante -el hambre, la hucha indefinida, un incendio de vastas proporciones, que había prendido a consecuencia de los tiros- decidieron organizar una administración provisional. La Federación Obrera se hizo cargo de esta difícil función”. Varios días después, las tropas, llegadas de Punta Arenas, masacraron al pueblo y se ensañaron con los trabajadores.

Los refuerzos militares vinieron del Batallón “Magallanes” y de militares argentinos de Santa Cruz. Cuarenta soldados, al mando del comisario de Río Gallegos, Diego Ritchie, cruzaron la frontera, donde se había refugiado el sub-delegado chileno, mayor Bravo, hasta lograr el control de la situación el 23 de enero de 1919, luego de una represión que dejó un saldo de 6 muertos y más de 20 heridos.

Los empresarios de la zona comenzaron a organizarse en la “Liga Patriótica” con el fin de aplastar a la FOCH local, enardecidos por el clima bélico que había creado el gobierno de Sanfuentes con la llamada “Guerra de don Ladislao” en relación a la cuestión de límites en el Norte, a la cual ya nos hemos referido.

El 27 de agosto de 1920, los militares y las “Guardias Blancas” de la Liga Patriótica prendieron fuego al local de la Federación Obrera donde se celebraba una fiesta de beneficencia. La versión más fidedigna de estos hechos ha sido proporcionada por Gregorio Iriarte, redactor de “El Magallanes”, quien desde el lugar de los acontecimiento envió una carta al diputado Guillermo Bañados en la que manifestaba: “El 27, el pueblo fue despertado por un nutrido fuego de fusilería y tiros de pistola y revólver, que duró cerca de tres cuartos de hora, terminando las descargas con el incendio del local de la Federación Obrera. Las bombas acudieron con la presteza acostumbrada, pero se encontraron con que no había agua (…) los obreros se defendieron y se generalizó el tiroteo.

Se calcula que quemaron alrededor de dos mil tiros. Muertos parte de los defensores y heridos 12 y 2 de los otros, los asaltantes prendieron fuego a la casa. De entre los escombros, se extrajeron 4 cadáveres carbonizados; dos cadáveres más se recogieron en la calle, uno de ellos es el del estadístico de la policía; el teniente de ametralladoras Guerratti salió herido en una pierna. Se habla de que algunos cadáveres que corresponden a individuos de tropa del piquete de carabineros han sido sepultados secretamente”. Las bajas de la policía demuestran que los obreros se defendieron heroicamente ante la represión y pasaron al contraataque en algunos momentos.

Los diarios fueron clausurados, con excepción del periódico en inglés “The Magellan Times”. El responsable directo de la represión fue el gobernador Alfonso Bulnes, quien debió renunciar en agosto de 1920.

Ante estos sucesos de tanta trascendencia, cabe indagar cómo los trabajadores y otros sectores populares pudieron establecer un embrión de poder popular, expresado a nivel local, durante varios días.

La respuesta hay que buscarla en el grado de organización y conciencia de clase que había alcanzado el proletariado de la zona. Este factor subjetivo, a nivel sindical, fue la organización que venía estructurándose desde la creación en 1897 de la Sociedad en Resistencia “Unión Obrera”, liderada por José Contardi, consolidada en 1903 con la fundación de la Unión Internacional de Obreros de Punta Arenas, en 1909, con la Sociedad en Resistencia “Nuevo Centro Unión Internacional de Obreros”, Centro Social de Trabajadores y la Unión de Carneadores y trabajadores del campo, proceso que culmina en 1911 con la creación de la FOCH en Punta Arenas. La columna vertebral de esta organización fue el proletariado que laboraba en las actividades ganaderas y en los frigoríficos. Tanta era su fuerza que la FOCH de Magallanes logró firmar el primer contrato colectivo del país y más tarde declarar la primera huelga de trabajadores agrícolas, que triunfó luego de 15 días de duración en 1912.

Entre 1913 y 1915 se produjeron los paros de los obreros del frigorífico Bories de Puerto Natales y de otros trabajadores de Puerto Sara, situación que se agudizó en 1916 “con la gran segunda huelga de los trabajadores del campo Magallánico, que durante 49 días paralizó todas las faenas ganaderas y del puerto de Punta Arenas”.

En las movilizaciones de 1918 participaron los gremios federados de gente de mar, jornaleros de Mar y de Playa y los carpinteros de Punta Arenas, mientras Federación Obrera de Puerto Natales exigía a la casa Braun y Blanchard la jornada de 8 horas y la rebaja de los productos alimenticios de primera necesidad. Las manifestaciones “fueron en aumento: la Federación Obrera encabezó las demandas por mejores condiciones de vida con mitines y concentraciones, con petitorios a las autoridades, respaldando las exigencias de sus principales sindicatos afiliados”.

A nivel político, el factor subjetivo se fue consolidando desde la creación del Partido Socialista a fines del siglo pasado. El periódico “El Socialista” y las reiteradas visitas de Recabarren y su conferencia sobre “La mujer y el socialismo” en 1916 permitieron reforzar la conciencia política de clase y de género. Pero, en honor a la verdad histórica, es necesario destacar que los anarquistas fueron los principales motores del desarrollo de esta conciencia, especialmente en la región que estamos analizando. Más aún, no se podría entender el avance de los trabajadores de la zona austral sino se lo relaciona con la permanente comunicación entre el movimiento anarquista argentino y el chileno (…) A la formación de la conciencia de clase en esa región contribuyeron una cantidad asombrosa de periódicos, como “El Obrero” (1896), “El 1º de Mayo” (1905), “Adelante” (1909), “El Trabajo” (191l), “El Cantaclaro” (191l), “Rebelión” (1912), “El Dolor Proletario” (1912), “El Faro”

(1912), “Humanidad” (1912), “El Socialista” (1913), “La Idea” (1916) “La Voz del Marino” (1917), “La Razón Obrera” (1917) y “El Heraldo de Natales” (1917).

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